Empezamos la serie de artículos prometida y vamos a hacerlo con un animal tan esquivo y peligroso que, fíjense ustedes, sólo lo conozco yo (Unglaublich!). Bien, de todos es bien sabido (bueno, de todos los que sepan leer y tengan un mínimo de cultura) que existen una innumerable cantidad de criaturas de leyenda: Hidras, Quimeras, Dragones, periodistas éticos... pero este artículo va sobre una raza poco conocida pero no por ello menos peligrosa: El Koala de la Desidia.
"Ya la vuelto ha dar al patxarán" os oigo decir.
"Tened un poco de paciencia", os respondo yo, ¿acaso me invento cosas? (eh, tu, no te hagas el gracioso que te he oído, mamón). Bien, al tema: Los koalas son una raza adorable cuya mayor contribución a la evolución en la tierra ha sido, básicamente, ser monos. Porque me dirán ustedes, que utilidad tiene un oso de peluche que se cuelga de los árboles... o como ha sobrevivido sin prácticamente ningún sistema de defensa conocido.... El caso es que si analizas friamente a los bichos estos (algo que te puede llevar sobre 5 minutos) verás que lo que hacen la mayor parte del tiempo es... nada. Bueno si, comer dormir y eventualmente follar. Que oye, como vida esta de puta madre y quién la pillase, pero no parece precisamente animada (o si, dependiendo del porcentaje de tiempo que dediques a cada tarea).
Pero volviendo al tema, el Koala de la Desidia es un subtipo poco conocido de esta susodicha raza cuyo M.O (modus operandi, pa los canis) es atacar a todos aquellos que se disponen a realizar una tarea que no tendrían por qué hacer, insuflándoles una desidia tal que, en algunas ocasiones, origina que el sujeto diga "bah, paso" y se ponga con otra cosa en lugar de con la que se supone que debería estar.
Durante muchos años los científicos teorizaron que los ataques de esta pérfida criatura deberían ser más habituales en el trabajo, pues las ganas de hacer las tareas "oficiales" ya suelen ser pocas, pero pronto se descubrió que cuando el sujeto se veía obligado a hacer el trabajo (sobre todo si le pagan, vamos) el koala rara vez se presentaba (y si lo hacía tan sólo ralentizaba la realización de la tarea, nunca la evitaba). Por otra parte, sorprendentemente, sus ataques se cebaban con mayor frecuencia en sujetos que iban a llevar a cabo ALGO que querían hacer. Más todavía, si el tiempo que podían dedicar a dichas tareas era escaso, los incidentes con el Koala de la Desidia alcanzaban frecuencias preocupantes...
Los expertos en el Koala (es decir, yo) no saben decir cuándo empezó su actividad, pero en los últimos tiempos la incidencia de sus apariciones parece haber aumentado exponencialmente. La teoría más común en estos momentos es que el auge de la televisión e interné ha permitido al Koala de la Desidia expandirse a su gusto, multiplicando los incidentes relacionados con su presencia y haciendo que un número cada vez mayor de personas pierda el tiempo no en lo que debería, sino en chorradas absurdas como el feisbuk. Es bien sabido que su ataque inicial suele ser devastador e impulsa al afectado a "hacer zapping una vez sólo" o "mirar si tengo notificaciones en el ordenador", pero al mismo tiempo se ha demostrado que si la voluntad del afectado es fuerte y comienza a realizar la tarea deseada, el Koala desaparece tan rápido como ha aparecido.
Así pues, el único sistema conocido en la actualidad para enfrentarse al Koala de la Desidia no es otro que la voluntad, algo de lo que por desgracia carece mucha gente. De seguir el progreso de la tan llamada "tecnología del entretenimiento" como hasta ahora, es más que probable que los incidentes con esta criatura se incrementen exponencialmente con el paso del tiempo...
Permanezcan atentos!
Pero volviendo al tema, el Koala de la Desidia es un subtipo poco conocido de esta susodicha raza cuyo M.O (modus operandi, pa los canis) es atacar a todos aquellos que se disponen a realizar una tarea que no tendrían por qué hacer, insuflándoles una desidia tal que, en algunas ocasiones, origina que el sujeto diga "bah, paso" y se ponga con otra cosa en lugar de con la que se supone que debería estar.
"Cariño, me aburro, vámonos a casa..." |
Durante muchos años los científicos teorizaron que los ataques de esta pérfida criatura deberían ser más habituales en el trabajo, pues las ganas de hacer las tareas "oficiales" ya suelen ser pocas, pero pronto se descubrió que cuando el sujeto se veía obligado a hacer el trabajo (sobre todo si le pagan, vamos) el koala rara vez se presentaba (y si lo hacía tan sólo ralentizaba la realización de la tarea, nunca la evitaba). Por otra parte, sorprendentemente, sus ataques se cebaban con mayor frecuencia en sujetos que iban a llevar a cabo ALGO que querían hacer. Más todavía, si el tiempo que podían dedicar a dichas tareas era escaso, los incidentes con el Koala de la Desidia alcanzaban frecuencias preocupantes...
Los expertos en el Koala (es decir, yo) no saben decir cuándo empezó su actividad, pero en los últimos tiempos la incidencia de sus apariciones parece haber aumentado exponencialmente. La teoría más común en estos momentos es que el auge de la televisión e interné ha permitido al Koala de la Desidia expandirse a su gusto, multiplicando los incidentes relacionados con su presencia y haciendo que un número cada vez mayor de personas pierda el tiempo no en lo que debería, sino en chorradas absurdas como el feisbuk. Es bien sabido que su ataque inicial suele ser devastador e impulsa al afectado a "hacer zapping una vez sólo" o "mirar si tengo notificaciones en el ordenador", pero al mismo tiempo se ha demostrado que si la voluntad del afectado es fuerte y comienza a realizar la tarea deseada, el Koala desaparece tan rápido como ha aparecido.
Dos minutitos y me pongo a hacer algo útil... |
Así pues, el único sistema conocido en la actualidad para enfrentarse al Koala de la Desidia no es otro que la voluntad, algo de lo que por desgracia carece mucha gente. De seguir el progreso de la tan llamada "tecnología del entretenimiento" como hasta ahora, es más que probable que los incidentes con esta criatura se incrementen exponencialmente con el paso del tiempo...
Permanezcan atentos!
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